Salud Mental en Estudiantes Universitarios
Dr. Francisco Antonio Calderón González,
Dr. Pedro Enrique Yáñez Camacho
Ser estudiante universitario representa grandes retos académicos entre los que se incluye el
desarrollo
de habilidades disciplinares, profesionales, de pensamiento y socioemocionales, al igual que la
adquisición de diversas actitudes y valores fundamentales para su posterior desempeño profesional,
sin
embargo, también debemos de tomar en cuenta que el tránsito por esa etapa formativa acarrea una
serie de
desafíos a la capacidad de ajuste y adaptación, y son precisamente estas dos últimas características
las
que están directamente relacionadas con la capacidad del individuo por mantener un adecuado estado
de
salud mental a pesar de enfrentarse a factores externos desfavorables, por lo tanto, se considera
que
las instituciones de educación superior requieren adoptar un papel activo en la atención de la salud
mental de sus estudiantes.
En este documento se describen algunas acciones concretas de la Universidad Autónoma de
Ciudad
Juárez para afrontar una problemática que a nivel mundial va en aumento como se describe en el
informe
mundial sobre salud mental realizado por la Organización Mundial de Salud [1], en el que se reporta
que
una de cada ocho personas sufre algún trastorno mental, por lo tanto, los trastornos mentales son
considerados como causa principal de años perdidos por discapacidad, lo que representa una
disminución
significativa de productividad y de satisfacción, de igual manera de acuerdo al mismo informe el
suicidio representa uno de cada 100 fallecimientos. La problemática se agravó especialmente desde el
primer año de la pandemia por COVID-19, donde los trastornos de ansiedad y depresión se
incrementaron en
un 25 %, datos que nos dan un panorama mundial de la problemática de salud mental.
En el mismo sentido, dicho panorama no es ajeno al ambiente universitario, autores como
Duffy et
al. [2] rescatan algunas características en estudiantes universitarios que los sitúan en una
posición
vulnerable, la cual se relaciona con la etapa de vida y edad de los estudiantes universitarios, ya
que
el 75 % de todos los trastornos mentales inician antes de los 25 años, también enfatizan que entre
los
15 y 24 años son las edades con mayor prevalencia de mortalidad a causa de trastornos mentales, de
igual
manera los estudios muestran que en estas edades se corre con un mayor riesgo para experimentar
situaciones como estrés, dificultades para dormir y probabilidades de uso de alcohol y drogas.
También
tomar en cuenta que el ingreso a la universidad comúnmente comienza a los 17 años sin un límite de
edad,
lo que representa un desafío para su atención, ya que cada etapa del desarrollo humano cuenta con
características y necesidades específicas desde el orden biológico, psicológico y social, por ello
las
universidades se enfrentan al gran reto de fomentar mediante sus diversas instancias un proceso de
adaptación, fortalecimiento emocional y salud mental dentro de su comunidad.
Se considera necesario el establecer diversas líneas de acción para la atención de la salud
mental de los estudiantes universitarios, en este sentido la Organización Mundial de la Salud define
a
la salud mental como “un estado de bienestar mental que permite a las personas hacer frente a los
momentos de estrés de la vida, desarrollar todas sus habilidades, poder aprender, trabajar
adecuadamente
y contribuir a la mejor de su comunidad [3]. De la definición anterior se pueden identificar
diversos
componentes en la vida de un estudiante, como es el desarrollo de habilidades, la capacidad para el
aprendizaje, su capacidad para laborar y contribuir a la sociedad, por lo que sin duda nos lleva a
reflexionar en la necesidad de formar estudiantes y futuros profesionistas integrales.
Queda claro, que es para la universidad un desafío el promover programas de salud mental y
desarrollo de habilidades socioemocionales, así como el brindar atención psicológica integral a los
estudiantes, mismos que semestre tras semestre y debido a la situación psicosocial ya descrita,
aumentan
sus probabilidades de que algún evento individual, familiar, escolar, laboral o comunitario
represente
una amenaza a su estado de equilibrio.
En primera instancia es fundamental reconocer la importancia del docente universitario, en
su
función como tutor, como agente preventivo, ya que el contacto e interacción con los alumnos le
permiten
una detección oportuna de problemáticas individuales, puesto que la tutoría es un espacio ideal para
reconocer en los alumnos cambios en sus conductas y manifestaciones emocionales que le indican la
necesidad de derivarlo a atención psicológica, de igual manera también son los alumnos quienes en
ocasiones se acercan a compartir con el docente cierta situación personal o problemática, por lo
tanto,
se considera que la capacitación a docentes es fundamental para brindar las herramientas que les
permitan actuar con seguridad y certidumbre ante estos casos y lograr una derivación exitosa. En
este
sentido, la Organización Mundial de la Salud [4] ha desarrollado una guía denominada MhGAP, la cual
brinda información esencial para personas no profesionales en el área de salud mental, para que
identifiquen las principales sintomatologías de salud mental en trastornos como depresión, ansiedad,
autolesión y suicido, entre otros, y se pueda solventar la brecha que existe en la formación de
recurso
humano para la atención a la salud mental, es importante rescatar que esta guía no solo nos brinda
información de la sintomatología, sino que nos brinda acciones concretas a realizar ante la
detección de
una problemática, cabe señalar que la guía puede ser descargada en dispositivos con sistemas
operativos
iOS y Android.
Retomando las acciones de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ), es de suma
relevancia destacar algunas iniciativas que han tenido lugar en los últimos años, como lo es la
implementación de la asignatura sello denominada Competencias en Salud Mental y Habilidad
Socioemocionales con Enfoque de Género, generada por la Licenciatura en Psicología, la cual permite
que
todos los estudiantes sin importar su formación disciplinar tengan conocimiento y habilidades para
su
autocuidado y les permita detectar en ellos alguna problemática y aumentar la probabilidad de que
estén
dispuestos a atenderla, de igual manera se busca mediante esta asignatura que el alumno tome
conciencia
de la problemática de salud mental, la importancia de prevenirla y remover los estigmas y la
discriminación asociada a la atención psicológica mediante la educación y la sensibilización, con
ello
promover que el alumno también pueda convertirse en un agente de cambio en su entorno familiar y
comunitario, el desarrollo de esta asignatura se encuentra en consonancia con las recomendaciones
federales a las Instituciones de Educación Superior para la promoción de las habilidades
socioemocionales dentro de los programas educativos que faciliten al alumnado hacer frente a
eventuales
adversidades.
Otra medida implementada en la UACJ fue el desarrollo del Programa Universitario de Salud
Mental y Habilidades Socioemocionales, el cual, a través de la difusión responsable y oportuna de
cápsulas informativas, platicas, talleres, conferencias, espacios de radio e infografías en redes
sociales durante la pandemia por COVID-19, sirvió como una respuesta institucional para
contrarrestar la
aparición de sintomatología asociada a la misma, en la comunidad universitaria.
Otro esfuerzo de la UACJ por atender la problemática de atención a la salud mental en la
comunidad y siguiendo recomendaciones tanto internacionales y nacionales sobre la necesidad de
formar
recursos humanos debidamente capacitados para atender las problemáticas emergentes con
intervenciones
actualizadas y basadas en evidencia científica, es la oferta educativa de la Especialidad en
Psicología
Clínica y Salud Mental, que inició actividades académicas en el presente año y se suma a otras
ofertas
educativas de la institución como es la Licenciatura en Psicología, Maestría en Psicología, la
Maestría
en Psicoterapia Humanista y Educación para La Paz, y el Doctorado en Psicología, lo que sin duda
permite
aumentar la calidad en la atención e investigación en salud mental.
En el rubro de servicios psicológicos, los centros de atención psicológica provistos en
algunas
Instituciones de Educación Superior juegan un papel fundamental para actuar como primera línea de
atención a su población estudiantil y evaluar si la problemática requiere una derivación a una
atención
especializada. Cabe señalar que la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez desde 1998 ha brindado
atención
psicológica a la comunidad mediante su centro de atención psicológica, el cual recientemente
incrementó
su infraestructura y su capacidad operativa mediante la construcción de un edificio de dos plantas,
lo
que permite incrementar su capacidad de atención psicológica, mediante servicios de psicoterapia
enfocados en terapia individual o familiar, evaluación psicológica que incluye evaluaciones de
recursos
humanos, orientaciones vocacionales y evaluaciones clínicas, investigación e intervención
comunitaria
con acciones preventivas, los servicios están dirigidos a estudiantes, empleados universitarios y la
comunidad en general, lo que sin duda posiciona a los Servicios Universitarios de Atención
Psicológica
(SUAPSI) como un referente nacional en la atención a la salud mental.
Debemos tomar en cuenta que las universidades no solo están preparando profesionistas, sino
seres humanos integrales, por lo tanto, resulta complejo para estas instituciones, el desarrollar en
sus
estudiantes las habilidades y capacidades para adaptarse y afrontar los desafíos que se presentan en
un
mundo en constante evolución y el surgimiento de nuevas tecnologías.
Podemos observar las diversas dificultades que enfrentan los estudiantes universitarios
para el
cuidado de su salud mental y el papel importante que juegan las Instituciones de Educación Superior,
que
mediante respuesta oportuna pueden marcar la diferencia en el desarrollo óptimo de sus estudiantes,
evitar la deserción escolar y fomentar el cumplimiento de metas profesionales, sin embargo, todavía
existen diversos retos como son:
El déficit en la formación de recursos humanos en salud mental, particularmente de
especialistas en psiquiatría, por lo que se considera fundamental la creación de ofertas educativas
y
condiciones laborales igualmente atractivas para los médicos, y de esta manera se pueda satisfacer
la
demanda de atención en la comunidad, esta problemática no es solo local, sino que de acuerdo con la
OMS
[3] la mayoría de los países solo cuentan con un psiquiatra por cada 200 000 habitantes.
Capacitar a personal no especializado con el objetivo de detectar tempranamente casos con
problemáticas en salud mental para su atención oportuna, de igual manera el promover el acceso a
servicios de salud mental mediante la psicoeducación que permita disminuir el estigma y la
discriminación, en este mismo sentido vincular los servicios de salud mental universitarios con
otros
servicios comunitarios y de atención especializada.
Finalmente, es necesario compartir experiencias de éxito entre universidades para la
atención
de esta problemática, ya que el promover la salud mental es tarea de todos, mediante acciones
individuales y comunitarias, Las universidades tienen la tarea de formar ciudadanos integrales, por
lo
que el alumno universitario requiere involucrarse durante su formación académica en actividades
deportivas, artísticas, culturales y científicas, para acceder precisamente a un conocimiento
universal
y llogre su máximo desarrollo.
Referencias