Impacto de la microgravedad en el desarrollo embrionario en el espacio.
Victor Alfonso Irigoyen Chaparro
Estudiante de Ingeniería Biomédica, Instituto de Ingeniería y Tecnología, UACJ
La reproducción humana en entornos extraterrestres ha sido un misterio inexplorado y esencial para la
supervivencia a largo plazo en el espacio, por lo cual, recientemente fue realizado un estudio sobre
el efecto de la microgravedad en el desarrollo de los embriones de mamíferos para estudiar cómo la
ausencia de gravedad influye en procesos biológicos. La microgravedad consiste en un estado en el
que los objetos parecen estar en caída libre constante. No obstante, la gravedad sigue presente,
pero en un entorno donde los objetos están en movimiento continuo alrededor de un cuerpo celeste y,
por lo tanto, parecen flotar o moverse sin ser retenidos por la fuerza gravitatoria.
En los mamíferos, los embriones en etapas tempranas, después de que se produce la primera
especificación del destino celular, el blastocisto se desarrolla en dos tipos de células: la capa de
trofoectodermo epitelial externo (TE) y la masa celular interna (ICM). La TE forma la placenta,
mientras que la ICM contribuye al desarrollo del feto. Normalmente, las células ICM se reúnen en un
área específica dentro del blastocisto debido a la gravedad, lo que sugiere que esta fuerza podría
ser crucial para la correcta diferenciación celular y la formación del embrión. Si esta agrupación
se ve afectada en ausencia de gravedad, podría tener implicaciones en el desarrollo embrionario y la
reproducción en el espacio.
El estudio se realizó en la Estación Espacial Internacional (EEI), para evaluar el impacto
de la microgravedad, se utilizaron embriones de ratones congelados en la etapa de dos células, que
se transportaron y descongelaron para cultivarse bajo microgravedad durante 4 días. Para esto fue
diseñado y utilizado un dispositivo llamado unidad de descongelamiento y cultivo de embriones (ETC
por sus siglas en inglés), permitiendo descongelar y cultivar los embriones de ratón en
microgravedad de manera exitosa sin manipular directamente los embriones. Este avance es crucial ya
que los embriones son extremadamente pequeños y requieren cuidado especializado.
Los resultados mostraron que estos embriones pudieron convertirse en blastocistos con
perfiles genéticos y cantidades celulares normales, similar a los embriones cultivados en gravedad
artificial y condiciones terrestres. Esto indicó que la gravedad no tuvo un efecto significativo en
la formación de blastocistos y en la diferenciación inicial de los embriones mamíferos. Aunque se
logró el desarrollo normal de blastocistos, se identificaron desafíos técnicos, como la presencia de
bacterias en los dispositivos de cultivo y la necesidad de mejorar el proceso de lavado de
crioprotectores para evitar su toxicidad. De igual manera, se demostró que la radiación espacial, a
pesar de su posible influencia en el desarrollo embrionario, no parecía afectar la calidad de los
blastocistos cultivados en el espacio.
Sin embargo, se observaron algunas anomalías, como una menor tasa de desarrollo de
blastocistos bajo condiciones de microgravedad en comparación con la gravedad terrestre simulada y
el control terrestre real, al igual que una ligera disminución en el número de células del
trofoblasto lo que sugiere que la ausencia de gravedad podría influir en la agrupación y
diferenciación celular.
Estos hallazgos plantean preguntas importantes sobre la viabilidad de la reproducción humana
en el espacio y la necesidad de investigaciones adicionales para comprender completamente el impacto
de la microgravedad en el desarrollo embrionario. A pesar de estos resultados prometedores que
implican la reproducción mamífera en el espacio, planteando la posibilidad de reproducción humana
aún se requieren más experimentos para confirmar y comprender completamente el impacto de la
microgravedad en el desarrollo embrionario, ya que el complejo proceso de reproducción en mamíferos
implica la fertilización, implantación y crecimiento fetal a través de la placenta, lo que requiere
un enfoque específico para comprender su adaptación y limitaciones en un entorno de microgravedad.
Blastocisto: es una etapa temprana del desarrollo embrionario en mamíferos,
incluidos los humanos, siendo crucial para la implantación en el útero y el inicio del
desarrollo del embrión.
Crioprotectores: son sustancias que protegen las células y tejidos del daño
durante la congelación, evitando la formación de cristales de hielo que pueden dañar las
estructuras celulares
Trofoblasto: es una capa celular importante en el desarrollo embrionario temprano,
siendo parte esencial del blastocisto y desempeña un papel clave en la implantación y en la
formación de la placenta durante el embarazo.
Referencias