Entre acordes y neuronas: Pink Floyd y la neurociencia sonora.
Abib Adriana Reyes Díaz
Estudiante de Ingeniería Biomédica, Instituto de Ingeniería y Tecnología, UACJ
La famosa canción Another Brick in the Wall de Pink Floyd fue reconstruida mediante señales
eléctricas
generadas por el cerebro por un grupo de científicos de la Universidad de California. Este innovador
estudio busca comprender cómo el cerebro humano procesa la música y la respuesta que tiene a los
diferentes elementos musicales.
El proceso se llevó a cabo mediante la aplicación de modelos matemáticos para descifrar la
actividad cerebral y examinar las respuestas a los estímulos musicales. El estudio analizó los datos
de
29 pacientes con epilepsia mientras escuchaban la canción, para ello, se les colocaron electrodos en
el
cerebro, lo que permitió el registro en tiempo real.
Lo extraordinario del estudio fue la traducción de las señales cerebrales y la recreación
de la
canción. Los datos obtenidos se convirtieron en espectrogramas auditivos, esta herramienta
proporciona
una representación de la variación de energía de las frecuencias a través del tiempo en una señal de
audio. Esta representación no solo captura las notas musicales, también determina cómo cambian las
frecuencias de manera espacial en nuestros oídos y cerebro. Los patrones neuronales registrados
funcionan como un código o lenguaje donde sólo el cerebro puede entender.
Para lograr la reconstrucción de la canción, se desarrollaron fórmulas matemáticas,
conocidas
como modelos de decodificación que son capaces de traducir señales cerebrales en una representación
musical. Los modelos fueron entrenados con el propósito de obtener información sobre cómo se verían
los
patrones de actividad cuando alguien escucha una canción en específico, y luego aplicaron este
método
para reconstruir la canción. También se utilizaron modelos de codificación para comprender cómo
procesar
la música e identificar las estructuras neurales que participan en el proceso.
Los resultados obtenidos de la reconstrucción permitieron que se descubriera que el
hemisferio
derecho del cerebro desarrolla un papel importante en la forma en la que percibimos la música, junto
con
la región conocida como STG (Surrounding Temporal Gyrus por sus siglas en inglés). La STG, en
particular, procesa la música mediante grupos de neuronas especializadas que responden a diferentes
elementos musicales. De igual forma, se identificó un área adicional dentro de la STG que se
especializa
en el ritmo musical.
Los resultados recabados sobre cómo el cerebro interpreta la música, proporciona nuevas
posibilidades en áreas médicas. Por ejemplo, la investigación podría aplicarse como estimulación
para la
rehabilitación auditiva. Se espera que en futuras investigaciones las interfaces cerebro-máquina les
permitan a personas comunicarse o crear música a los que tienen alguna discapacidad del habla o
movilidad limitada, lo que podría cambiar la vida de las personas no solo en aplicaciones médicas,
incluso en expresiones artísticas, ya que les daría la oportunidad de crear música con su mente sin
la
necesidad de usar instrumentos musicales.
La música es el arte que permite que exista una comunicación de manera universal para
expresar
emociones o pensamientos sin importar el idioma. El estudio no solo reafirma esta importancia, sino
que
permite obtener nuevos conocimientos sobre la comunicación implementada en los modelos predictivos
de
reconstrucción a partir del cerebro. De igual manera, propone las bases para futuras
investigaciones, en
diferentes campos como la medicina, la música y la tecnología.
Referencias