¡Músculos y metal en armonía! Un robot con tejido muscular
Brandon Yahir Templos Marín
Estudiante de Ingeniería Biomédica, Instituto de Ingeniería y Tecnología, UACJ
La progresiva introducción de los robots a la humanidad ha sido una tarea complicada. Años de
investigación y mejoras han sido la base para que estos dispositivos sean bien adaptados; sin
embargo, se sabe que la tecnología nunca deja de avanzar, es aquí donde nos preguntamos ¿Qué otros
avances en la robótica podemos encontrar? Recientemente, investigadores japoneses lograron crear un
robot biohíbrido (hecho de materiales mecánicos y biológicos) bípedo (dos pies) a partir de la
combinación de materiales artificiales y tejido muscular. Esta máquina es capaz de realizar
movimientos más complejos en comparación a otros autómatas. A partir de ese descubrimiento, entramos
a un amplio campo de aprendizaje que nos permitirá desarrollar mecanismos robóticos más ágiles que
nos apoyen en la ejecución de tareas más cotidianas.
La fabricación del robot bípedo constó de tres etapas. Primero, se realizó la creación del
tejido muscular esquelético a partir de la cultivación de dicho material. Segundo, se fabricó el
esqueleto del robot, el cual incluye: un flotador, dos soportes flexibles y las patas. El esqueleto
se creó con un método de modelado estándar, mientras que las patas fueron obtenidas a partir de la
impresión 3D. El tercer paso fue el montaje del esqueleto del robot junto al tejido muscular
esquelético cultivado. Para obtener una construcción satisfactoria, se fijó el músculo al esqueleto
del robot con ayuda de unas pinzas.
Una vez construido el robot biohíbrido, era necesario asegurar su funcionamiento, por lo
que los investigadores controlaron la contracción muscular induciendo un campo eléctrico cerca del
tejido muscular esquelético. Dicho campo eléctrico se indujo a partir de la colocación de electrodos
de oro cerca del tejido. La aplicación de los impulsos eléctricos ocasionaba la contracción del
tejido muscular, la cual, a su vez, provocaba que el soporte flexible de la pata que recibía el
impulso se curvara, ocasionando así el levantamiento efectivo de la pata del robot.
La capacidad de caminar y realizar movimientos rápidos o giros bruscos son muy importantes
para que un robot pueda moverse con destreza en un entorno determinado, pero la mayoría de los
robots bípedos biohíbridos no tienen esa capacidad de movimiento. Es aquí donde se aplica el trabajo
de los investigadores Ryuki Kinjo, Yuya Morimoto, Byeongwook Jo y Shoji Takeuchi [1]. La aplicación
del tejido muscular en los robots bípedos se hizo con el motivo de brindarle al robot un mayor rango
de movimiento, ya que las máquinas con las que actualmente nos relacionamos tienen movimientos
rígidos y de arrastre. Por el contrario, se encontró que alternar la inducción de impulsos
eléctricos entre la pierna izquierda y derecha del robot cada cinco segundos, este lograba caminar a
una velocidad de 5.4 mm/min. Asimismo, al electrocutar de manera continua la pierna derecha del
robot cada 5 segundos mientras que la pierna izquierda hacía la función de ancla, se consiguió que
el robot diera un giro de 90 grados a la izquierda en 62 segundos.
Comparando a este interesante robot bípedo biohíbrido con sus semejantes, se llegó a la
conclusión que el robot es capaz de caminar, detenerse y realizar giros precisos. Como siguiente
paso en esta investigación se planea dotar al robot de tejido muscular más grueso que le permita
realizar movimientos aún más complejos; sin embargo, primero deben encontrar una manera de
suministrar nutrientes a los tejidos vivos y estructuras del robot.
La robótica, un pilar esencial en nuestro mundo tecnológico, transforma la forma en que
automatizamos tareas y simplificamos procesos. La agilidad y eficiencia en los movimientos de los
robots son clave para su integración más cómoda en la sociedad, marcando un avance fundamental en
nuestra vida diaria.
Referencias