Cáncer de endometrio, un desafío poco conocido y el papel de la
inteligencia artificial en su detección temprana
Ing. Haydeé Lira
Casas
Universidad Autónoma de Ciudad Juárez
Resumen
El cáncer de endometrio es uno de los tumores ginecológicos más comunes en mujeres mexicanas, pero sigue siendo poco estudiado y con escasa presencia en campañas de prevención. Detectarlo a tiempo es vital, ya que aumenta las posibilidades de aplicar tratamientos menos agresivos y más efectivos. Los métodos tradicionales, como la biopsia o la histeroscopia (observación del útero con una cámara), dependen en gran parte de la interpretación del especialista, lo que puede generar errores. Frente a este reto, la investigación propone el uso de inteligencia artificial, una tecnología que permite a las computadoras analizar imágenes digitales del tejido endometrial y distinguir automáticamente entre zonas sanas y cancerosas. Además, se examinan la textura (la organización de las células) y el color del tejido para identificar patrones que indican el grado de avance del tumor. Esta innovación promete diagnósticos más precisos, reducción de la subjetividad y tratamientos mejor personalizados, lo que representa un avance importante en la atención médica y una esperanza para miles de mujeres.Introducción
¿Podrán las nuevas tecnologías ayudarnos a detectar y tratar a tiempo el cáncer de endometrio, una
enfermedad que afecta a miles de mujeres pero que aún es poco conocida?
El cáncer de endometrio ocurre cuando las células que recubren el interior del útero,
conocido como endometrio, comienzan a crecer sin control. Este crecimiento anormal puede formar
tumores y extenderse a otras partes del cuerpo si no se detecta y trata a tiempo [1]. El
endometrio
es la capa que reviste el interior del útero y que, bajo la influencia de ciertas hormonas, crece
cada mes para prepararse para un posible embarazo. Si no ocurre un embarazo, esta capa endometrial
se desprende durante la menstruación [2]. Cuando las células del endometrio comienzan a
multiplicarse de forma descontrolada, forman masas llamadas tumores que pueden extenderse
hacia
otros órganos, complicando seriamente la salud de la paciente [3].
A nivel mundial, el cáncer de endometrio es el quinto cáncer más frecuente entre las
mujeres, con más de 320,000 casos nuevos cada año [4]. Aunque generalmente afecta a mujeres después
de la menopausia (principalmente alrededor de los 60 años) [5], existen varios factores que aumentan
el riesgo de desarrollar esta enfermedad. Entre estos factores se incluyen el sobrepeso, la
exposición prolongada a hormonas como los estrógenos, algunas condiciones hereditarias como el
síndrome de Lynch (un trastorno genético hereditario que aumenta el riesgo de ciertos tipos de
cáncer) y enfermedades como el síndrome de ovario poliquístico (un trastorno hormonal que afecta a
los ovarios) [6].
En América Latina, este tipo de cáncer es el tercero más frecuente entre los cánceres
ginecológicos, representando un 3.5% de los casos diagnosticados anualmente y con una mortalidad
aproximada del 2% [7]. En México, aunque ocupa el quinto lugar en incidencia de cánceres
ginecológicos, continúa siendo uno de los más frecuentes entre las mujeres [8]. Un dato alentador es
que aproximadamente el 75% de los casos se detectan en etapas iniciales, lo que aumenta
significativamente las posibilidades de recibir tratamientos efectivos y lograr una recuperación
favorable [9]. Sin embargo, a pesar de estas cifras, el cáncer de endometrio es menos estudiado que
otros tipos de cáncer femenino (como el cáncer de mama o el cáncer de cuello uterino). Esta falta de
investigación puede deberse en parte a la escasa difusión y concientización pública, así como a la
prioridad de financiamiento hacia otros cánceres más conocidos y a campañas preventivas más
extendidas. Esta situación resalta la necesidad de promover un mayor conocimiento y fomentar avances
tecnológicos en la prevención y el tratamiento del cáncer de endometrio [10].
La importancia de la detección temprana y clasificación por grados
Detectar el cáncer de endometrio en etapas tempranas es crucial, sobre todo porque suele presentar
síntomas iniciales bastante claros, como el sangrado vaginal anormal después de la menopausia.
Aproximadamente entre el 15% y el 20% de las mujeres posmenopáusicas que experimentan este tipo de
sangrado son finalmente diagnosticadas con cáncer de endometrio [11]. Este cáncer se clasifica en
diferentes grados, del grado 1 al grado 3, según la apariencia de las células tumorales. Los grados
iniciales (grado 1) contienen células que se parecen mucho a las células normales del endometrio y
generalmente son menos agresivos. En cambio, los grados más avanzados (grado 2 y grado 3) presentan
células más anormales y agresivas, con mayor riesgo de propagación y complicaciones [12]. Por ello,
la detección temprana, especialmente en los primeros grados, permite realizar tratamientos menos
invasivos, más efectivos y con mejores resultados para las pacientes.
Los métodos tradicionales para diagnosticar este cáncer incluyen la biopsia endometrial, que
consiste en tomar una pequeña muestra de tejido uterino para analizarla en el laboratorio, y la
histeroscopia, un procedimiento que permite observar directamente el interior del útero mediante una
pequeña cámara. Aunque estas técnicas son efectivas, la interpretación de las muestras puede variar
según el especialista, lo que genera subjetividad y posibles errores diagnósticos [13]. Por este
motivo surge la necesidad de contar con herramientas diagnósticas más objetivas y precisas.
Inteligencia artificial: análisis preciso de textura y color del tejido tumoral
La tecnología médica está experimentando importantes avances, especialmente en el uso de la
inteligencia artificial (IA). Nuestra investigación utiliza imágenes digitales del tejido
endometrial obtenidas con un microscopio, las cuales luego son analizadas automáticamente por
computadoras entrenadas mediante aprendizaje automático (un tipo de algoritmo de IA que aprende a
reconocer patrones a partir de datos). Este método permite identificar con claridad qué áreas
contienen tejido sano y cuáles contienen células cancerosas.
Una vez identificadas las áreas con cáncer, se realiza un análisis especializado de esas
regiones,
que incluye examinar la textura y el color del tejido con gran detalle en imágenes ampliadas (es
decir, con mayor aumento). El análisis de la textura ayuda a detectar patrones específicos que
indican la presencia de células anormales y sirve para evaluar qué tan avanzado está el cáncer. Por
otro lado, el análisis de color identifica cambios sutiles en la tonalidad del tejido, lo cual puede
revelar información adicional sobre el grado del tumor [14]. Esta combinación de técnicas
proporciona una precisión diagnóstica mucho mayor que los métodos tradicionales, reduciendo
considerablemente la subjetividad y mejorando la capacidad de los médicos para decidir el
tratamiento más efectivo.
La Figura 1 ilustra de forma visual cómo se lleva a cabo el análisis del cáncer
de
endometrio con
ayuda de esta tecnología. Primero se parte de una imagen original del tejido endometrial. Luego,
mediante herramientas digitales, se identifican las zonas sanas (marcadas en verde) y las zonas con
cáncer (en azul), diferenciándolas también del fondo o de las partes del tejido que aparecen claras
(marcadas en rojo). Una vez localizada la zona con cáncer, esta se amplía para verla con mayor
detalle, tanto en blanco y negro como a color. A partir de estas vistas aumentadas, se extrae
información sobre la textura (es decir, cómo se organizan las células) y sobre el color del tejido,
lo cual ayuda a clasificar el grado del cáncer. Todo este proceso contribuye a lograr un diagnóstico
más preciso y a elegir el tratamiento más adecuado para cada paciente.

Conclusión
La aplicación de la inteligencia artificial en el diagnóstico y clasificación del cáncer de endometrio promete mejorar significativamente la atención médica. Estas tecnologías permiten obtener diagnósticos más precisos y tratamientos adaptados a cada paciente y, en consecuencia, lograr mejores resultados de salud y calidad de vida. Aumentar el conocimiento e investigación sobre este cáncer poco conocido es esencial para seguir avanzando en su tratamiento y prevención, brindando una esperanza real a las mujeres afectadas. ¿Será posible, en un futuro cercano, que estas herramientas tecnológicas se conviertan en una parte esencial del diagnóstico médico?
Referencias