Suplementos utilizados en la prevención y tratamiento en el cáncer, ¿qué
tan
recomendables son?
Dra. Ana Lidia Arellano Ortiz
/ Departamento de Ciencias de la Salud. División multidisciplinaria de Ciudad Universitaria.
Universidad
Autónoma de Ciudad Juárez.
Introducción
Al hablar de cáncer nos hace pensar sobre aquella enfermedad incurable y que para algunos otros es
una
señal de muerte. Puede sonar muy alarmante lo dicho, puesto que quien vive de cerca esta enfermedad
lo
puede sentir así. No obstante, el cáncer hoy en día es una enfermedad que puede ser tratable,
controlable y hasta curable. Esto puede estar implicado en el tipo de cáncer, la etapa en la que se
encuentra, así como el tratamiento que se le dé al paciente. Sin embargo, pacientes por medio de su
desesperación y miedo, tienden a buscar otras alternativas capaces de mejorar la probabilidad de
supervivencia. Así mismo, hemos visto personas a las cuales, a pesar de no tener la enfermedad,
desean
prevenir que se presente ya sea porque lo han vivido de cerca (familiares, amigos y conocidos) y
saben
que cuando llega, llega a cambiar la vida completamente.
En ambos casos, aquel paciente que tiene cáncer y aquel que quiere prevenirlo, tienden a
buscar
la mejor opción de tratamiento. Aquí entra la parte del uso de suplementos, y que, por cierto, su
uso
cada vez es más reconocido para la prevención y tratamiento en muchas enfermedades, y por supuesto,
muy
utilizado en relación con el cáncer. Pero ¿Qué exactamente son? ¿Qué tan recomendable es utilizarlos
para prevenir el cáncer? ¿Tiene un efecto benéfico cuando ya se tiene el cáncer y se utilizan junto
con
los tratamientos convencionales? ¿Qué dice la evidencia científica en relación con utilizarlos o no?
A
través de este escrito, espero responder estos cuestionamientos y que si bien, muchos nos hemos
preguntado por lo menos alguna vez en nuestras vidas.
Suplementos dietéticos
Los suplementos pueden ser llamados de muchas maneras dependiendo del lugar donde se comercializan;
algunos pueden presentarse como suplementos o complementos dietéticos, dietarios, nutricionales o
alimenticios. Para fines de este escrito los llamaré suplementos dietéticos de acuerdo con el
término
utilizado en los diferentes estudios que los han evaluado (dietary supplement). Según la definición
manejada por la Oficina de Suplementos Dietéticos, ODS (The Office of Dietary Supplements) en
Estados
Unidos, un suplemento dietético es aquel “destinado a complementar la dieta para proporcionar
nutrientes
adicionales que promueven la salud; contiene ingredientes provenientes de los alimentos que incluyen
vitaminas, minerales, aminoácidos, hierbas y productos botánicos. Dicho suplemento puede ser
ingerido en
forma de pastilla, cápsula, tableta, gomita, barras polvo o líquido” [1].
En Estados Unidos es muy común que se utilicen los suplementos dietéticos. Un estudio
reportó
que del 2000 al 2010, aproximadamente el 50% de los estadounidenses evaluados en el estudio tomaban
suplementos dietéticos, siendo mayor en mujeres que en hombres. Los suplementos más utilizados y las
razones de uso reportados por los participantes del estudio fueron en primer lugar los
multivitaminas y
minerales para mejorar o mantener la salud; en segundo el calcio para mantener la salud ósea y en
tercer
lugar los omega-3 para la salud del corazón y reducir colesterol. A pesar del alto porcentaje de
personas que utilizan suplementos, solo un cuarto de ellos les fue recomendado su uso por un
profesional
de la salud [2].
La libre comercialización de estos productos podría inferirse a que no suponen algún daño a
la
salud al consumirlos, sin embargo, el uso indiscriminado de suplementos dietéticos sin algún
asesoramiento profesional puede afectar la salud. Ejemplo está que al excederse del requerimiento de
algunas vitaminas y minerales puede aumentar la probabilidad de toxicidad, principalmente en el
consumo
de vitamina A. Algunos suplementos pueden contener sustancias que el hígado no pueda procesar
correctamente, como es el caso de ciertas hierbas en exceso (ginseng, por ejemplo). Así mismo, el
uso de
algunos suplementos junto con la ingesta de medicamentos puede generar una disminución o un aumento
en
el efecto del fármaco, es decir, existe una interacción suplemento-medicamento. Por ejemplo, cuando
alguien toma anticoagulantes y suplementos de ajo al mismo tiempo, aumenta el riesgo de hemorragia
en
caso de una herida, ya que estos evitan que la sangre forme coágulos. Por estas razones, cualquier
suplemento dietético que necesite suministrarse, es a través de un profesional de la salud
capacitado.
Suplementos y cáncer
Para entender la razón del porqué pueden ser utilizados los suplementos dietéticos en el cáncer, debo explicar el cómo se desarrolla. Normalmente, una célula de cualquier parte del cuerpo tiene la capacidad de multiplicarse (llamada división celular) y con ello, generar más células nuevas e iguales que cumplen una función en el cuerpo. No obstante, una célula puede estar dañada por diversas razones, entre ellas por exceso de compuestos químicos o radiaciones que las dañan y a su vez, por deficiencia de otros compuestos químicos necesarios para repararla. Si una célula no logra repararse dejará hacer su función normal y por lo tanto tiende a morir. Sin embargo, hay algunas células que a pesar de estar dañadas se multiplican, y con ello se comienza a crear una aglomeración de células dañadas y sin ninguna función, lo cual se le conoce como tumor. Estos tumores pueden ser cancerosos e invadir otros tejidos (malignos), o pueden ser no cancerosos, los cuales se mantienen en su lugar y pueden ser fácilmente extraídos (benignos) [3]. La principal función que tiene un suplemento dietético en el proceso de cáncer es reparar células dañadas y, aquellas que ya lo están, programarlas para que puedan morir y no multiplicarse. Existen compuestos químicos capaces de ayudar a reparar una célula dañada, los cuales han sido llamados como compuestos anticancerígenos.
Compuestos anticancerígenos
La mayoría de los estudios han evaluado el papel de una gran cantidad de compuestos para la
prevención o
manejo del cáncer en general o de algún tipo de cáncer en específico, analizándolos de manera
individual
o en combinación. Se ha demostrado que algunas vitaminas, minerales, compuestos bioactivos (tienen
una
actividad benéfica en el ser vivo) provenientes de plantas y de animales, así como extractos o
concentrados de hierbas, han sido reportados en numerosos estudios como anticancerígenos
Algunas vitaminas y minerales han sido evaluados dependiendo de su función contra el proceso
de
cáncer. Por ejemplo, la vitamina A, D, B12 y ácido fólico están relacionadas en la correcta
multiplicación celular. La vitamina C, E, selenio y zinc tienen una capacidad antioxidante, es
decir,
reducen la oxidación de las moléculas capaces de dañar a la célula. La vitamina A, D, zinc y omega-3
pueden fortalecer el sistema inmunológico, reducir la inflamación y ayudar a combatir células
cancerosas, virus o bacterias que pueden ser causantes de cáncer. (como el Virus del Papiloma Humano
en
el cáncer cervicouterino y la bacteria Helicobacter pylori en cáncer de estómago) [4]–[8].
En el caso de compuestos bioactivos se han utilizado ciertos fitoquímicos (moléculas
provenientes de las plantas) como los flavonoides, los cuales son compuestos responsables del color
y
sabor de ciertos alimentos como el vino, té verde y negro, moras, arándanos, cerezas, entre otros.
Otro
compuesto extraído también de uvas y del vino, ha sido el resveratrol. Tanto los flavonoides como el
resveratrol tienen una mayor capacidad antioxidante y reguladores del sistema inmunológico son
utilizados en suplemento como concentrado o extracto de los alimentos mencionados [9], [10].
Algunos extractos o concentrados de hierbas como la cúrcuma, jengibre, ginseng o extractos
de té
verde han sido asociados también para prevenir el proceso de cáncer. La cúrcuma, una especia
extraída de
las raíces de la Curcuma longa, así como también el jengibre, han sido utilizados en la prevención
del
cáncer los cuales actúan como antioxidantes y reguladores del sistema inmunológico y evita la
multiplicación de células dañadas induciendo su muerte celular [11], [12]. El mismo efecto tiene el
extractos de té verde que contienen unos compuestos llamados catequinas [13], al igual que la raíz
ginseng roja [14].
Compuestos anticancerígenos
Como ya se mencionó, la razón principal para utilizar suplementos dietéticos es para mantener o
mejorar
la salud. Por ello, es común que personas que desean prevenir enfermedades, entre ellas el cáncer,
utilicen suplementos de compuestos anticancerígenos. A pesar de que se tiene evidencia del papel que
tienen estos compuestos contra el desarrollo del cáncer, muchos de los estudios que los han evaluado
han
sido en animales o dentro de un laboratorio. Algunos otros se han evaluado ya como un suplemento
dietético en ensayos clínicos (estudios con personas) y en donde la gran mayoría de los estudios no
muestran resultados contundentes de que realmente funcionen.
No obstante, uno de los suplementos dietéticos que más evidencia científica presenta y que
ha
tenido mayor número de estudios con efecto en la reducción del riesgo a cáncer, es el uso de
suplementos
con multivitaminas y minerales. Dicho suplemento se caracteriza por contener una mezcla de vitaminas
y
minerales a dosis que no exceden las recomendaciones de estos nutrientes por día. El suplemento de
multivitaminas y minerales cumple la función de complementar los nutrientes faltantes de la dieta y
llegar a la cantidad de vitaminas y minerales que necesitamos en el día. Por lo tanto, varios
investigadores han esclarecido que el efecto anticancerígeno del suplemento de multivitaminas y
minerales se da cuando se complementa la dieta con los nutrientes importantes que intervienen en el
proceso de cáncer [15].
En el caso del tratamiento cuando ya se tiene cáncer, el uso de suplementos dietéticos son
indicados para ayudar principalmente con la sintomatología causadas por el tratamiento médico
convencional; como la quimioterapia (terapia con fármacos), radioterapia (terapia con rayos x en
bajas
dosis), terapia hormonal (principalmente en cánceres como mama y próstata) y la combinación de
estas. La
mayoría de los suplementos que son utilizados por pacientes con cáncer cuentan con los compuestos
que
son también utilizados para prevención. No obstante, no todos están indicados para su uso ya que
puede
interaccionar o afectar al tratamiento convencional. Por lo tanto, mencionaré aquellos que con
evidencia
han mostrado un efecto auxiliar en el paciente con cáncer.
Estudios han evaluado de manera individual y en combinación, compuestos como la vitamina C,
E,
selenio y flavonoides para su uso junto con el tratamiento de quimioterapia y radioterapia, con el
objetivo de reducir la toxicidad del tratamiento en las células que no son cancerígenas. Los
resultados
de los estudios no han sido concluyentes, aun no determinan las dosis necesarias y, por lo tanto, no
se
recomienda el uso de ellos de manera individual. No obstante, algunos otros mencionan que con el uso
de
suplemento de multivitaminas y minerales podría aportar el contenido suficiente para ayudar a
contrarrestar el efecto de las terapias.
Otro suplemento muy utilizado para contrarrestar el efecto de las terapias son los ácidos
grasos
omega-3, especialmente los ácidos Docosahexaenoico y Eicosapentaenoico (conocidos como DHA y EPA,
respectivamente) . El uso de este tipo de ácidos grasos, que principalmente se encuentran en los
pescados grasos como el salmón, atún y sardina, ayudan a contrarrestar los estados inflamatorios que
causan las terapias contra el cáncer. Además, ha contribuido en reducir caquexia en los pacientes
(síndrome caracterizado por una pérdida intensiva de peso), esta condición contribuye a una mayor
probabilidad mortalidad y prolongación de la enfermedad en los pacientes [16].
Por último, se ha evaluado el uso de vitamina D en los pacientes con cáncer, viendo un
efecto
benéfico en la respuesta de los tratamientos convencionales y porque se ha observado una reducción
en la
mortalidad de estos pacientes [17]. La vitamina D puede regular el crecimiento correcto de las
células
nuevas, así como ayuda a activar el sistema inmunológico para que pueda destruir a las células
cancerígenas [18]. Esta vitamina la podemos encontrar en la leche, queso, huevos y pescados grasos.
No
obstante, es muy común tener una deficiencia de vitamina D derivado a los cambios de alimentación y
hábitos que actualmente hemos adoptado (reducción de lácteos y de pescado). Por ello, es
recomendable
que quienes padecen y no padecen cáncer, puedan suplementarse con vitamina D cuando no se tiene un
consumo suficiente. En relación con pacientes con cáncer, se ha visto que quienes presentan una
deficiencia de vitamina D en sangre, tienen mayor riesgo de recaer o de fallecer en comparación de
quienes no tienen la deficiencia [19].
Uso de suplementos, ¿qué tan conveniente es?
Entre los pacientes con cáncer, el uso desmedido de los suplementos ha ido incrementándose cada vez
más,
por lo menos lo reportado en Europa y en Estados Unidos (no hay reporte en México). Entre los más
utilizados se basan en vitaminas, minerales y extractos de planta. No obstante, como lo mencioné en
la
sección anterior, no todos los componentes anticancerígenos han sido evaluados ni tampoco han
determinado la dosis correcta y, además, algunos de ellos pueden afectar el tratamiento
(quimioterapia).
A pesar de todos estos puntos, el uso de los suplementos es muy común entre los pacientes [20].
En el caso de utilizar suplementos preventivos, la mayoría de los profesionales de la salud
recomienda la ingesta del suplemento de multivitaminas y minerales en personas en general cuando por
diversos factores no se pueda tener una alimentación variada y suficiente, como por ejemplo aquellas
personas con problemas digestivos que no pueden consumir una mayor cantidad de alimentos (cirugías o
eliminación de alguna parte del sistema digestivo); con trastornos de la conducta alimentaria o
falta de
apetito (anorexia o bulimia); o en aquellas personas que por su forma de vida y hábitos, no puedan
consumir adecuadamente una variedad de alimentos saludables, como el consumo de frutas, verduras y
granos enteros (frijoles, pan multigrano, elote, etc.). Pero ¿cómo saber si realmente se necesita el
suplemento? Un nutriólogo está capacitado para determinar si lo que consumes de nutrientes es o no
suficiente al evaluar tu dieta. Si no lo es, entonces el nutriólogo, en colaboración con el médico,
pueden recomendarte algún suplemento de multivitaminas y minerales que no exceda los requerimientos
que
necesitamos por día.
Como profesionales de salud, debemos tener cuidado con aquellos pacientes que toman
suplementos
dietéticos como agentes preventivos sin recomendación alguna. Por ejemplo, se ha reportado que
existe
una mayor probabilidad de presentar cáncer de pulmón y de estómago en personas que toman suplementos
con
altas dosis de betacaroteno (un compuesto extraído que da el color a la zanahoria). También se ha
visto
un riesgo de padecer cáncer de próstata y de colon en quienes tomaron dosis elevadas de suplementos
de
vitamina E [21].
En relación del uso de suplementos durante el tratamiento para el cáncer, se debe de tener
cuidado con el uso de compuestos que puedan interactuar con algún fármaco utilizado en la
quimioterapia,
es decir, una interacción suplemento-medicamento como lo expliqué en la primera sección del escrito.
Por
ejemplo, se ha visto que el uso de extractos de plantas como jengibre puede interactuar con los
medicamentos bortezomib, ciclofosfamida, entre otros, los cuales son comúnmente utilizados como
quimioterapia en diferentes cánceres. El efecto que se tiene es que, al ingerir concentrados de
jengibre
el hígado no puede procesar y eliminar los fármacos mencionados correctamente, por lo que pueden
estar
mayor tiempo en el cuerpo y causar más daño. Así como el jengibre, el uso de grandes dosis de
Vitamina C
también interactúa haciendo que pierda el efecto del fármaco que retarda el crecimiento de las
células
cancerosas [22].
De acuerdo con la sección anterior, los suplementos mencionados que sí mostraron un efecto
benéfico y que no reportaron efectos adversos, fueron los suplementos multivitaminas y minerales,
omega-3 y vitamina D. No obstante, en el caso de la vitamina D, se recomienda que se haga un
análisis
sanguíneo para saber si el paciente se encuentra en deficiencia o no y si en dado que sea
deficiente,
suministrar dosis mayores al requerimiento hasta que llegue a rangos normales en la sangre.
Después de haber explicado cuáles son los suplementos respaldados por evidencia científica
que
pueden ser empleados, surge la pregunta: ¿Cómo elegir los suplementos adecuados? En el mercado, se
encuentran numerosas marcas, algunas económicas y otras costosas, que ofrecen estos componentes
relacionados con la prevención y el tratamiento del cáncer. Para tomar una decisión informada, es
esencial que evaluemos la etiqueta del producto, su lugar de origen y la reputación de la marca.
Algunos productos no señalan la cantidad de los compuestos o no señalan que otros
ingredientes
pueden contener en su etiquetado. Algunos otros pueden señalar en su etiquetado que ayudan a
prevenir el
cáncer u otra enfermedad, o también pueden señalar que ayudan a mantener la salud en general o de
algún
órgano o sistema. Estas frases no deben de encontrarse en el etiquetado y debe de declarar
exactamente
su composición [1], [23]. Al no tener estos requerimientos, el producto no está regulado ni
fabricado
con los estándares necesarios. Por lo tanto, debemos de tener mucho cuidado con aquellos productos
que
son producidos en países donde su comercialización no está bien regulada y escoger aquellos en los
que
sí los están, como es el caso de Estados Unidos por las Oficina de Suplementos Dietéticos (ODS)[1] ,
en
México por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS)[23] o en
Europa
por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA)[24]. Sugiero revisar las páginas web de
cada
una de estas instituciones para más información sobre los criterios de manejo y comercialización de
los
suplementos dietéticos. Por otro lado, recomiendo que se utilicen marcas registradas, que manejen
una
variedad de productos destinados a la suplementación y en donde la forma de fabricación y la
declaración
de los ingredientes, se encuentren tanto en el etiquetado como en una página web registrada. Con
ello se
garantiza la claridad de información sobre sus productos y que las marcas deben reportar.
Conclusiones
En toda práctica clínica con pacientes con cáncer y pacientes en general, se debe de preguntar por el uso de suplementos dietéticos y persuadir a los pacientes el solo seleccionar aquellos que con evidencia científica y no por lo que indique su etiquetado. En el caso de México, hay dos problemas existentes: 1) no hay estudios que reporten el uso de suplementos en población general ni en pacientes con cáncer y 2) existen muchos suplementos que son de libre comercialización y de dudosa procedencia. Esto es un área de oportunidad para los investigadores nacionales. Así mismo, nosotros como profesionales de la salud debemos de estar actualizados para identificar los productos que puedan ser utilizados por los pacientes y tener una mente abierta al uso de ellos. Entender que los suplementos son en sí complementos que permiten auxiliar a los pacientes en su tratamiento y no como una terapia alternativa.
Referencias